El presidente del PP catalán pide no caer en la trampa de que España es «machista, homófoba y racista»

La Junta Directiva Nacional del PP reunida este lunes, escuchó a puerta cerrada las intervenciones de cada uno de los barones territoriales, que mostraron un apoyo sin fisuras al presidente de la formación, Alberto Núñez Feijóo. Así lo hizo el presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, que también empleó su discurso tras las elecciones en advertir a sus compañeros de que el partido «no puede caer en la trampa de aceptar que el principal problema de España es el racismo, la homofobia y el machismo, porque España es uno de los países más tolerantes del mundo», remarcó Fernández, según las fuentes consultadas.

Se da la circunstancia de que buena parte de la estrategia del PSOE de Pedro Sánchez y sus socios populistas de Sumar, además de los independentistas catalanes, los nacionalistas y los proetarras, ha sido agitar este fantasma para movilizar a la izquierda. Por ejemplo, los socialistas, los podemitas y Compromís usaron en la recta final de las elecciones la agresión racista sufrida por el futbolista Vinicius en Mestalla para atribuirla a la «extrema derecha» y señalar a Vox.

Asimismo, Fernández manifestó a puerta cerrada, 24 horas después de las elecciones, en la Junta Directiva Nacional que «el principal problema de España es la voluntad de Sánchez y sus socios de liquidar la España nacida de la transición», según las mismas fuentes. Entre esos socios del líder socialista se encuentran los separatistas catalanes (ERC y Junts), a los que el PP catalán ha superado en respaldo este 23J, siendo la tercera fuerza más votada en Cataluña sólo por detrás del PSC y Sumar.

En estos comicios, el PP que preside Alejandro Fernández, que declinó la oferta de Feijóo de ir en las listas al 23 para centrarse en los problemas de Cataluña y «seguir defendiendo el constitucionalismo en el Parlament», ha triplicado sus resultados, logrando 6 escaños, 4 más que en los comicios de noviembre de 2019.

Los barones del PP presentes este lunes en Génova -todos excepto el gallego Alfonso Rueda, que no asistió por encontrarse en la entrega de medallas de Galicia, la distinción autonómica más importante de la Comunidad- secundaron a Feijóo en su «deber» de «intentar» formar gobierno al haber ganado las elecciones. De hecho, el líder del PP reveló que ya había iniciado para ello contactos con Vox, PNV, Coalición Canaria y UPN, ya que la suma de todas estas fuerzas llegaría justo a la mayoría absoluta: 176 escaños.

Sin embargo, horas después de la intervención en abierto del presidente del PP, Coalición Canaria advirtió, a través de Ana Oramas, que no apoyará una «investidura fantasma» y el PNV se descolgó a última hora con un rotundo rechazo a negociar con Feijóo para que sea presidente. El propio presidente del PNV, Andoni Ortuzar, se lo trasladó por teléfono a Feijóo. Además, por medio de un comunicado, los nacionalistas vascos subrayaron que para esta operación, el líder del PP «necesita a Vox», recordándole que ya «ha cruzado una línea roja al meter en las instituciones» a la formación de Santiago Abascal.